El private equity representa una puerta abierta a inversiones que históricamente han estado reservadas para grandes patrimonios e instituciones. Descubre cómo esta clase de activo puede transformar tu cartera y ofrecer rendimientos diferenciales.
El private equity agrupa fondos que invierten en empresas no cotizadas con estructuras cerradas y comités de inversión profesionales. Su objetivo principal es crear valor operativo en las compañías, impulsando crecimiento orgánico, adquisiciones add-on, eficiencias operativas, digitalización y reposicionamiento estratégico.
Al cabo de un ciclo de inversión largo, que suele abarcar entre 8 y 12 años, los gestores buscan realizar la salida de las compañías a través de venta a otros inversores, industriales o mediante salida a bolsa. Gracias a este enfoque activo, los retornos tienden a superar a los de los mercados públicos.
Los principales segmentos de private equity incluyen:
Esta combinación de enfoques permite a los inversores acceder a un universo más amplio de empresas, muchas de las cuales no cotizan en bolsa y operan con bajos niveles de escrutinio público.
Tras dos años de entorno complejo, el mercado global de private equity despliega señales de recuperación y crecimiento. En 2024, las distribuciones de fondos a los inversores (LPs) superaron las aportaciones de capital por primera vez desde 2015, marcando las terceras cifras más altas de la historia.
En el primer trimestre de 2025, el valor de operaciones alcanzó los 495.000 millones de dólares, por encima de los 462.000 millones del cuarto trimestre de 2024. A pesar de que el coste de financiación sigue por encima de la media de la última década, la demanda de préstamos para empresas respaldadas por private equity se ha casi duplicado.
En Estados Unidos, los exits de private equity en 2024 sumaron 1.501 salidas, generando 413.000 millones de dólares, un crecimiento del 49% frente a 2023. El valor de operaciones de M&A lideradas por sponsors alcanzó 869.400 millones de dólares en los primeros tres trimestres de 2025, un alza interanual del 36,6%.
Pese a cierta contención por la incertidumbre macro, los mega deals (con valor superior a 1.000 millones) crecieron un 35% en el primer semestre de 2025 respecto al mismo periodo del año anterior, representando el 37% de las operaciones.
El fundraising muestra ciclos más largos, de 12 a 18 meses, con 340.000 millones de dólares captados en los primeros tres trimestres de 2025, una caída del 25% respecto a 2024. Sin embargo, las encuestas apuntan a un aumento de asignaciones: un 30% de inversores institucionales planea elevar su exposición, mientras un 84% espera mantenerla o incrementarla.
El private equity destaca por ofrecer acceso a empresas innovadoras y tendencias fuera del radar público. Muchas compañías prefieren permanecer privadas para conservar flexibilidad y evitar la volatilidad de los mercados bursátiles.
Además, brinda exposición a sectores de alto crecimiento:
Por diseño, los fondos buscan comprar con descuento o a múltiplos atractivos, añadiendo valor mediante mejoras operativas, M&A add-on y planes estratégicos de reposicionamiento. Esto genera una prima de retorno frente a índices y reduce la dependencia de las fluctuaciones diarias de la bolsa.
La inversión en empresas no cotizadas ofrece diversificación y menor dependencia de la volatilidad diaria. Los precios se actualizan con menor frecuencia, y la cartera se centra en la creación de valor fundamental en lugar de en movimientos especulativos.
En este ciclo, la reapertura de mercados de salida impulsa las ventanas de salida más activas. El incremento de los exits en 2024 confirma un punto de inflexión, con distribuciones que superan las aportaciones y fortalecen la confianza de los inversores.
La demanda de capital privado se mantiene sólida entre los grandes inversores: el 63% de los LPs considera que el private equity ofrece mejores retornos ajustados al riesgo que otros activos, y un 54% lo ve como un diversificador esencial.
Al mismo tiempo, las empresas siguen evitando la bolsa, optando por financiamiento privado para proyectos de expansión y transformación digital. Esta tendencia crea un pipeline constante de oportunidades en distintos sectores.
Las estrategias de segundaaries (fondos de fondos de private equity) ganan relevancia al ofrecer liquidez intermedia y exposición a carteras ya establecidas, mientras las inversiones en créditos privados muestran un auge adicional.
Para los inversores, el momento es propicio para explorar fondos de gestores con trayectoria probada y especialización sectorial. La combinación de estrategias de creación de valor, acceso a nichos innovadores y una arquitectura completa de activos privados convierte al private equity en una palanca decisiva para diversificar y potenciar la rentabilidad de largo plazo.
Descubre cómo incorporar esta clase de activo en tu inversión y aprovecha el impulso de un mercado que vuelve a brillar con fuerza tras la recuperación. Private equity te ofrece hoy más que nunca la posibilidad de desbloquear oportunidades exclusivas y construir un futuro financiero sólido.
Referencias