En un entorno donde la inflación persiste por encima de los objetivos de los bancos centrales, los inversores buscan mecanismos que preserven el valor de su patrimonio. Los commodities emergen como una alternativa sólida, capaz de protección efectiva contra la erosión del poder adquisitivo.
Este artículo explora el marco teórico, la evidencia histórica, el contexto macroeconómico actual, las perspectivas por tipo de commodity y las estrategias prácticas de inversión.
Los commodities son bienes físicos básicos usados en la economía. Se negocian en mercados globales estandarizados y sirven de referencia de precios para sectores tan variados como la energía, los metales o los productos agrícolas.
Su vinculación con la inflación radica en que muchas subidas de precios de consumo proceden de incrementos en los costes de estos insumos esenciales.
Cuando la inflación se acelera, los precios de las materias primas suelen mantenerse elevados o incluso subir, pues forman parte de los costes de producción. La demanda, con poca elasticidad, sigue activa pese a encarecimientos.
El petróleo, por ejemplo, es imprescindible para la industria y el transporte, por lo que su precio refleja directamente los choques inflacionarios.
Diversos estudios muestran una relación positiva entre inflación elevada y buenos resultados de los commodities. El índice Bloomberg Commodity Index, por ejemplo, ha registrado:
En 2022, con un gran repunte inflacionario, el índice subió más del 16%, mientras que acciones y bonos tradicionales cayeron.
Goldman Sachs destaca que los commodities suelen ofrecer rendimientos reales positivos incluso en crisis cuando otros activos sufren.
El panorama de precios a medio plazo es heterogéneo y depende de factores de demanda, oferta y riesgos geopolíticos.
Energía: el exceso de oferta y una demanda global moderada podrían presionar a la baja el precio del crudo durante 2025. Sin embargo, tensiones en regiones productoras o recortes de la OPEP+ mantienen la volatilidad al alza.
Metales industriales: la recuperación de la actividad manufacturera en Asia y las inversiones en infraestructuras verdes impulsan la demanda de cobre y aluminio.
Oro: conserva su atractivo como activo refugio ante la incertidumbre y los riesgos de revalorización de monedas.
Agrícolas: eventos climáticos extremos y cambios en políticas comerciales pueden generar picos de precios, convirtiéndolos en cobertura contra shocks de oferta.
Para sumar la diversificación eficaz frente a la inflación, conviene considerar varias vías de exposición y mantener un enfoque disciplinado:
Es clave aplicar asignaciones modestas y diversificadas a commodities y combinar gestión activa con rebalanceos regulares.
Como cualquier activo, los commodities conllevan riesgos de volatilidad y pérdidas temporales. Los precios pueden retroceder en fases de exceso de oferta o desplome de la demanda global.
Una estrategia equilibrada y asesoramiento profesional permiten aprovechar las ventajas de estos instrumentos sin asumir posiciones desproporcionadas.
Invertir en commodities puede ser una herramienta valiosa frente al avance de la inflación. Basada en fundamentos sólidos y evidencia histórica, esta opción ofrece la posibilidad de proteger el poder adquisitivo y diversificar la cartera.
La clave está en seleccionar el vehículo adecuado, dosificar la exposición y mantener una visión a medio-largo plazo. Así, los commodities dejarán de ser un simple componente exótico para convertirse en un pilar estratégico de tu inversión.
Referencias