La transformación digital avanza a pasos agigantados, ofreciendo nuevas vías de crecimiento y prosperidad. Invertir en esta era de oportunidades tecnológicas globales resulta crucial para quienes desean potenciar el desarrollo económico y social en España y Europa.
Entre 2020 y 2022 se movilizaron inversión conjunta de aproximadamente 70.000 millones de euros, de los cuales 20.000 procedieron de fondos públicos—incluyendo el Plan de Recuperación Next Generation EU—y 50.000 millones de capital privado.
Alcanzar un volumen total estimado de hasta 140.000 millones en cinco años refleja el compromiso de más de 25 agentes económicos y sociales, con la colaboración público-privada entre sectores y administraciones como pilar fundamental.
Para orientar las inversiones, la agenda digital se estructura en siete ejes clave que abarcan desde la conectividad hasta la sostenibilidad.
Cada uno de estos ejes se apoya en programas europeos como Horizonte Europa, Europa Digital y Connecting Europe Facility, garantizando recursos y directrices para su ejecución.
El panorama presenta sectores de alto potencial como IA, ciberseguridad, comercio electrónico, plataformas audiovisuales y proyectos tractores de economía del dato.
La 25% de las empresas usarán IA y Big Data en sus procesos productivos, creando nichos de inversión especializados en software, consultoría y servicios avanzados.
No obstante, existen riesgos vinculados a la competitividad global en tecnología y a la incertidumbre económico-financiera. Una estrategia coordinada, con inversión en innovación y desarrollo tecnológico, resulta esencial para mitigar estas amenazas.
Para maximizar el retorno y el impacto positivo, los inversores deben adoptar prácticas que integren criterios técnicos, sociales y ambientales:
En definitiva, las oportunidades son vastas y diversas. Desde proyectos de 5G en zonas rurales hasta plataformas de comercio electrónico para micropymes, cada iniciativa contribuye a una economía más competitiva y sostenible.
Invertir en la nueva generación digital no solo busca rentabilidad, sino también construir un ecosistema donde la colaboración público-privada y el desarrollo del talento sean los motores del progreso.
El horizonte 2025 exige visión, compromiso y acción conjunta: quienes adopten estas estrategias hoy estarán en la vanguardia del crecimiento económico y social de mañana.
Referencias